SENTIRSE CULPABLE

Seguro que alguna vez, o muchas veces, te sientes fatal por hacer algo que a ti te gusta, por hacer algo para ti, como si el hecho de hacerlo le quitara algo a los demás, es como si fueran dos cosas excluyentes. O una o la otra.

Recuerdo la  época en que mis hijos eran pequeños, me sentía culpable por trabajar y dejarlos en la guardería. Pero también me sentía culpable si dejaba de trabajar porque estaban malitos. ¡qué mal!  Incluso recuerdo no intentar promocionar dentro de la empresa por si esa nueva responsabilidad me impedía salir a la hora para recoger a los niños.

A esta altura de mi vida y como mujer soy consciente de que durante mucho tiempo he sentido esa culpabilidad por todo. Como pareja porque no era una superwoman, como hija por no tener demasiado tiempo para mis padres, como trabajadora porque me hubiera gustado hacer carrera en la empresa pero también era mamá , como madre, como ama de casa, etc.

Hay un sentimiento de culpa que se produce cuando hacemos o decimos algo que lastima a alguien, y otro sentimiento de culpa que nos acompaña en el tiempo, para el que no tenemos un motivo claro por el que se produce y que puede llegar a afectar a nuestra salud emocional.

Mujeres y hombres comparten el sentimiento de culpa, pero en la mujer es muy frecuente esa sensación de culpabilidad improductiva e injustificada. ¿Y eso por qué? Pues por la educación recibida, por  los papeles que nos designa la sociedad, por la responsabilidad que tomamos de hacer felices a los demás, etc.

Podríamos determinar entonces que hay una culpa que es más saludable, que nos hace darnos cuenta de que hemos fallado en algo, que hemos herido a alguna persona o hemos actuado mal, y entonces te permite reflexionar sobre tu conducta y aprender de lo sucedido. Asumimos la responsabilidad de nuestra conducta.

El otro sentimiento de culpa es más negativo e improductivo. Sólo sirve para hacernos sentir mal, no está justificado y no cumple ningún propósito, nos afecta a nuestra salud emocional y nos impiden actuar.

¿Qué podemos hacer?

Lo primero es reconocer si es un sentimiento positivo (por una acción que tú has  llevado a cabo, que ha herido a alguien, etc.) o es negativo (y no es necesario ni productivo)

Después identificar de qué te sientes culpable y por qué. Si el sentimiento es tuyo o de otras personas. Piensa si estas juzgándote con ideas o valores de otras personas o de otros tiempos. A veces es bueno escribirlo en un papel, nos ayuda a verlo más claro.

Por último cambiar el mensaje que nos damos a nosotras mismas. La Programación Neurolingüistica nos dice que podemos cambiar absolutamente la connotación del mensaje sólo cambiando alguna palabra. Os propongo que en lugar de decir: soy culpable de algo que ha pasado, decir: soy responsable de algo que ha pasado.

En caso de que sea nuestra responsabilidad, pedir disculpas, arrepentiros y reflexionar para prevenir una situación similar. Perdonándonos en lugar de castigarnos.

Probad y veréis que da resultados sorprendentes. Escribid vuestra experiencia y compartirla, nos ayudará a todas

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