LOS HÁBITOS
La semana pasada hablamos de la lista de propósitos, y comentábamos que nuestra intención era cambiar y/o adquirir algunas conductas, algunos hábitos.
¿Qué es un hábito? Es un comportamiento que se repite con cierta regularidad y que se desarrolla sin que la persona tenga que razonar. No siempre tenemos la responsabilidad del hábito, a veces se adquieren en las primeras etapas de la vida, cuando somos niños.
También podríamos distinguir entre hábitos saludables, por ejemplo la higiene personal, y hábitos menos saludables e incluso dañinos para nuestra vida.
Una investigación del University College de Londres determina que puede tomar una media de 66 días cambiar o adquirir un hábito. Si durante ese número de días «repites algo cada día en la misma situación, se convierte en una reacción automática ante dicha situación», explica Jane Wardle, coautora del estudio que se publicaba en la revistaEuropean Journal of Social Psychology. A partir de ese momento el hábito se fija y se mantiene por muchos años.
Hasta aquí la definición “oficial”, luego está esa otra en la que un hábito es un comportamiento que me encantaría cambiar pero que por más que lo intento no puedo porque es innato y porque yo no soy capaz.
¡Y qué mal me sienta darme cuenta! ¿si no soy capaz de cambiar un hábito cómo voy a ser capaz de hacer otras cosas? Y sigo por ese camino en el que soy una pobre víctima, con mala suerte, porque soy incapaz de lo que me haya propuesto.
Pues bien, he descubierto algunas cosas que me han funcionado en proyectos anteriores:
Elijo entre los hábitos que quiero cambiar el que sea más importante, es decir, el que repercuta de forma más intensa en los objetivos que me he marcado, en definitiva en lo que quiero para mi vida.
Y empiezo por ese. Un hábito o conducta por vez. Sin prisas pero sin pausas. Fíjate que la ventaja de los hábitos es que se hacen sin pensar, por lo tanto si ahora lo quiero cambiar he de ser muy consciente y necesitaré mucha motivación, pero cuando lo adquiera lo haré de forma mecánica.
El proceso para cambiar un hábito sería:
1) Intención: Querer cambiar o formar un hábito, que se convierta en un proyecto. Reflexionar sobre el ¿qué? ¿por qué?, ¿para qué?
2) Recursos y habilidades: ¿con qué cuento? ¿Estoy preparado? ¿Tengo suficiente fuerza de voluntad, constancia, compromiso? ¿Puedo ser disciplinada?
3) Repetición: Anotar en la agenda, pegar avisos en la nevera, en el espejo del baño, poner la alarma del teléfono, etc. No confiemos demasiado en nuestra memoria.
4) Motivación: Para no tener excusas rodearnos de todo lo necesario. En caso de dieta, tener en la nevera alimentos saludables, en caso de ejercicio, tener la ropa a mano, etc. No procrastinar (hábito poco saludable de dejar las cosas para mañana) y empezar YA.
Pensar en cómo nos vamos a sentir en poco más de dos meses después de ganar la batalla. Y sobre todo no hacer caso del autosabotaje al que nos sometemos buscando excusas para dejarlo o no empezar y convenciéndonos de por qué no somos capaces o no vale la pena.
La verdad es que he conseguido cambiar algunos hábitos y estoy orgullosa por ello, pero otros se me resisten, el sabotaje que me hago yo misma es lo que más me cuesta superar.
Bueno he de confesar que estoy trabajando de lleno el hábito del ejercicio físico. De momento he decidido que cada día tendré una sesión de 15 minutos y estoy en esa fase. A veces hasta esos 15 minutos me cuestan pero de momento no he fallado ningún día, aunque ganas no me han faltado. Llevo una semana, y parece que es demasiado poco, pero todo tiene un primer paso para empezar. Y siiiii, todos los días me pongo excusas para no hacerlo…
Me motiva plantearme ¿Para qué quiero hacerlo?, pues para sentirme mejor, perder peso y tener mayor resistencia pensando en repetir, en un plazo de un año, las etapas que hice del Camino de Santiago hace más de quince.
¿Te apuntas y lo hacemos juntas? Tú puedes trabajar el hábito que decidas. En Noviembre lo habremos conseguido. ¡Anímate y me acompañas! Será mucho más fácil.
Espero tus comentarios.
Feliz semana.