Seguro que en algún momento has pensado que pasará a partir de aquí. Cómo será tú vida desde ese momento en el que crees que ya lo tienes todo hecho. ¿Descansar? ¿No hacer nada o hacer lo que quieras? ¿No tener preocupaciones?

Es difícil decidir, porque lo de descansar apetece mucho. Pero ¿qué pasará cuando lleve un mes descansando, o un año? ¿Estaré cansada de descansar? ¿me habré aburrido o estaré adaptada y lo disfrutaré?

Creo que esa es la clave, disfrutar de lo que se esté haciendo, no importa el qué, sacándole provecho a la vida, aportando y trazando un camino independientemente de lo que los demás piensen.

Y con esto no se trata de romper con todo lo anterior. Para muchas de nosotras la familia, o los amigos, o el entorno, son muy importantes, así que hay que buscar un consenso, un equilibrio, porque también podemos brindarles dedicación.

Lo primero será hacer una lista de lo que nos gustaría hacer, desde el corazón, sin tener en cuenta lo que es “políticamente correcto”, sin pensar si puedes o no puedes, ni si tienes edad para eso, ni si los demás pensarán que estás loca. Recordar lo que soñábamos ser cuando éramos pequeñas, en lo que hubiéramos hecho cuando éramos adolescentes  y jóvenes que no hicimos porque estábamos en otras obligaciones.

No se trata de lamentarnos del pasado, sino aprender de él y reconocer los recursos que hemos puesto en marcha para superar dificultades y problemas y aprovechar la experiencia de vida que tenemos.

AHORA es el MOMENTO, estamos en ese punto de nuestra vida en el que somos más sabias, que pasamos un poco de lo que opinen los demás, que tenemos más claros nuestros valores, que nos importa la libertad y la huella que podamos dejar, que no queremos resignarnos.

Tenemos los pies en el suelo y sabemos que puede ser un camino difícil, aunque también disfrutaremos de él, y ¡qué gusto debe dar alcanzar el objetivo que nos hayamos marcado! Será nuestra elección y no queremos que la edad sea una limitación.

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Ánimo, apasuéñate….