COMO REACCIONAR ANTE LAS CRÍTICAS

Las críticas son inevitables, nadie está a salvo de las mismas ya que no podemos gustar a todo el mundo, y cada persona tiene su forma de ver las cosas. El problema no es la crítica en sí, el problema está en cómo reaccionamos ante ellas.

Somos seres humanos, imperfectos, y debemos reconocer que cometemos errores. Basados en ellos o no, los demás nos pueden criticar, incluso las personas que más nos quieren. Y eso hace daño, duele en lo más profundo, nos baja la autoestima y nos hace poner a la defensiva.

Si percibimos las críticas como ataques,  nuestra primera reacción es la de defendernos, defender nuestro orgullo, dar a la otra persona las razones pertinentes de que está equivocada, no nos importa ver el contenido de su mensaje, ni siquiera entramos en eso.

También podemos responder de forma pasiva, fingiendo que no nos importa, pero entonces quedamos a merced de los pensamientos y deseos de los demás. Esto genera mucho estrés y provoca descontento con nosotros mismos.  Algo que podría ocurrir es encontrarnos no haciendo nada por miedo a que nos critiquen, y eso limita muy negativamente nuestra vida.

Otra respuesta sería la de contraatacar, casi siempre suele ser de forma agresiva y hostil, lo que provocará una discusión. ¿Os suena de algo él  “y tú más”?. No va al fondo, se queda  en la forma y también provoca nuestro descontento.

Lo mejor ante una crítica es darnos tiempo, no reaccionar apasionadamente, reflexionar sobre lo que hemos oído o sobre lo que nos han dicho, y más tarde, en lugar de responder con el corazón responder con la mente, es decir, si la crítica es injusta lo mejor es no prestarle atención y si es justa y constructiva, aunque siga sin gustarnos, podemos pensar que resulta útil y beneficiosa para nosotras.

¿Difícil? Muy difícil. Al principio hay que morderse la lengua y fingir, con el tiempo va saliendo de forma espontánea y la verdad es que te sientes muy bien. Puedes responder con una sonrisa  o con algo de ironía, pero lo justo para darnos tiempo y poder seguir las pautas que más nos convienen. Saldremos ganando, pues aunque no es fácil, nos permitirá subsanar nuestros defectos.

Hay  crítica constructiva, pero incluso ésta también puede lastimar a quién la recibe según el lugar y el momento en que se conoce, según el estado de ánimo, según el nivel de autoestima, según la interpretación que le demos, la importancia que le asignemos a las palabras o a la persona que nos la dice.

A veces va bien identificar de quien viene la crítica, si la intención de la misma ha sido constructiva, si su interés está en ayudarnos a mejorar o lo contrario. Por eso es importante analizar el contenido, ser autocríticas y reflexionar si en ese momento hemos actuado, aunque haya sido inconscientemente, de manera que ha provocado una crítica.

Entonces ante una crítica lo adecuado es:

– Aceptar que tenemos el derecho a equivocarnos, pues no somos perfectas y podemos cometer errores. Y también aprender de los mismos.

– Saber que no siempre lo que hagamos será aprobado por todo el mundo. Recuerda que cada persona tiene su mundo, sus valores, sus creencias, y muy influenciado por esas razones y algo menos por los hechos, forma su opinión. Este es el punto que he tenido que trabajar más.

– Que las críticas forman parte de nuestra vida diaria, es una práctica común. Se dan porque todos los días tenemos que elegir entre dos o más opciones para tomar muchas decisiones y  porque estamos acostumbradas a darle mayor importancia a los defectos que a las cualidades.

– Analizar si lo que están diciendo es constructivo o no para nosotras. Si lo es aceptar la crítica con buena actitud.  Usar la crítica de forma positiva,  pedir más detalles para comprender el punto de vista del otro.

– Aprender la diferencia entre crítica y observación. La observación valora una situación, un suceso, nunca descalifica a la persona. La crítica es la opinión de quien la emite, y suele ser muy subjetiva.

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